The Forest (Steam, 2021)



(Atención: gran parte de esta reseña esta influenciada por la experiencia multijugador)

 

EL PREÁMBULO.

 

Noche vieja 2021, año nuevo 2022… ¡y la oportunidad de jugar un multijugador con los amigos de steam, yeaaaah! Desde hace varios años, son ellos los que deciden “que jugar” y pues yo los sigo, ya que siempre están en búsqueda de esos juegos multijugador que dan más de lo que cuestan y podemos experimentar entre ocho personas. No crean que es fácil llenar la expectativa de ocho jugadores; estos juegos son contados, aunque suele haber ofertas por miles en la tienda de Steam. 

 

Hace años era la fiebre de los zombies, poco a poco se mezcló con el género de supervivencia, ahora me invitaron a jugar un juego de “supervivencia extrema” (poco sabía yo de que se trataría), pero con la experiencia anterior estaba seguro que sería algo como Seven Days to Die o por el estilo. No cuestionaré, he aprendido que lo que importa es jugar con los amigos, y el juego puede ser cualquiera… aunque por sus caritas sospechaba algo… siniestro.

 

LA PREPARACIÓN

 

Sin saber a que me metía, ni siquiera investigar más allá de la página de venta de Steam (ni siquiera vi el video) lo adquirí por la módica cantidad de $74.39 pesitos (a esto me refiero cuando compramos juegos que “dan más de lo que cuestan”). Lo instalé y me dispuse a jugarlo con hardware chococrispis (fui de visita con mis amigos Vahn y Malefique y me llevé mi laptop) así que me dispuse a jugar con mis gráficos integrados Intel Iris y que Dios me agarre confesado.

 

Malefique me prestó su enfriador, un traste vejestorio de generaciones anteriores cuando las laptops se calentaban como para freír huevos (no especificaremos “cuales” huevos), y se lo puse a mi Surface Laptop 3 dispuesto a forzar esta laptopcita al borde de lo que pudiera ofrecernos. Debo decir que estoy sorprendido, el juego esta hermoso, a mis ojos hasta más bonito que Seven Days to Die y la verdad es que jaló muy bien en el hardware chococrispis, a pesar de que no todo fue miel en hojuelas, la experiencia de juego pudo ser completada con este setup.

 

Como todo, tuve que bajarle a la resolución a la calidad (la pantalla da más, pero le bajé la resolución a 1080 y la calidad a “low”) y el juego anduvo… bastante bien, inclusive con el overlay de Steam y Discord corriendo en el fondo.

 

COMIENZA EL JUEGO.

 

Un accidente de avión, sin mayor explicación más que el que un niño venía contigo, presumiblemente tu hijo, y al más estilo SILENT HILL has de buscarlo. En el sitio del choque del avión, pude encontrar comida y otros enseres… Malefique me dijo en todo burlón “come, tu última comida decente” habiendo jugado anteriormente juegos de supervivencia me reí y supuse que después andaríamos sufriendo por la comida, sin más me fui con ellos (de hecho, me uní a su juego, ellos llevaban un día de ventaja jugando el juego… osea que, caí en blandito… o al menos eso pensaba yo).

 

El mundo abierto era hermoso, lleno de árboles, plantas, animales, insectos… hay día, noche, puesta de sol, viento, recorrimos senderos, bosques, ríos, lagos, se veían montañas al fondo… hasta que por fin llegamos a “la base” que en este caso me sorprendí al verla, a tan solo un día de ventaja Vahn, Marina, Luffy, Yuki, Jona y Leo habían creado lo que bien podría ser ya un destacamento del viejo oeste, una fortaleza protegida por muro de piedra, una empalizada y adornada por antorchas de fuego, dentro había una cabaña y una cantidad de enseres para cacería, pesca, materiales de construcción, siembra, etc. Etc.

 

Obvio había que enfrentar oponentes, me di cuenta inmediatamente de las calaveras, con las cuales adornaban todo, y al explicarme Malefique que todo era crafteado en ese mundo, entendí que de algún lado debían sacar esos materiales.

 

LA PARTE FEA (La reseña se vuelve solo para adultos)

 

Cual fue mi reacción, cuando Malefique durante el recorrido de su base, me llevó al destazadero o a su propia versión de un rastro… un matero donde despellejaban conejos, jabalíes y se cortaba la carne de cuanto ser vivo rondara aquel triste páramo olvidado por el señor… todo lleno de huesos alrededor de la hoguera, hasta que me mostró los tendederos de carne donde se cuelgan las piezas para secarse…

 

Me quedé absorto mirando… mi mente dijo: “un conejo, un pescado, un trozo de carne, un brazo, una lagartija… ¿OTRO BRAZO? En la madre… una cabeza (humana por supuesto), otro conejo…” Volteo a ver a Malefique con la cara clásica de nobabes y sonriendo me contesta, ¿no traes hambre?

 

Ahora veo a que se referían con eso de supervivencia extrema, todavía no me terminaba de caer el veinte, cuando va entrando Jona con un nativo de la región (obviamente muerto) y lo deja caer a mis pies… Malefique me pide: “¿podrías destazarlo por favor?” con tanta maldita educación ¿como podría uno rehusarse?, así que me dispuse a desmembrar al interfecto polinesio. No pidan detalles, solo imagínenselo: me explicaron que las extremidades y la cabeza se guardan aparte, y todo lo demás se quema (de allí los huesitos para el cafteo). La calavera sirve para hacer ornamentos y armas, los dientes para upgradear armas,  los huesos para hacer empalizadas, armas y demás cositas… es cuando uno ve lo versátil que “es” realmente el ser humano.

 

La primera vez que comí humano me sentí sucio, debo confesarlo. Pero mi barra de hambre ya no me permitía aguantar más, y salió un logro de “pequeño canibalismo” por lo que hasta me sentí premiado por mis buenos amigos de Steam, así que continué buscando ser un sobreviviente funcional en aquella sociedad utópica disfuncional que me proponía el jueguito. Al rato yo me convertí en el “butcher”, y hasta en mi mente cantaba el merengue de la esposa del carnicero felizmente mientras realizaba las actividades propias del oficio.

 

Después comencé a sufrir las inclemencias del agua potable, a lo que Malefique me recomendó ir por agua con un pocillo al pozo (sin albúr) y hervirla en la hoguera, cuando me di cuenta que podría agregar ingredientes a la receta, hojas y hierbas y así. Le pregunté a Marina si le puedo agregar “ingredientes humanos” a lo cual me volteó a ver con cara de guat y divertidamente le contesté “¿otro pozolito”? No hay duda que estos juegos están muy enfermos, y sacan lo mejor de nosotros los gamers a relucir.

 

LA NOCHE MÁS OSCURA.

 

Ya le había agarrado la onda al jueguito, y divertidamente hacía las actividades que me tocaba hacer, inclusive me tocó ir de exploración y estaba aprendiendo las artes de crafteo CUANDO DE PRONTO una noche nos cayó el chahuistle, cantó el búho y los indios debíamos morir… ¡que nos atacan la base! al grito de Vahn de “¡nos atacan!” salgo bien bravo a defender nuestro terruño con mi lanzita cuando veo… hay nanita… ¿qué ven mis lindos ojos verdes (no son verdes, tampoco los del personaje, pero en fin… libertades poéticas) una aberración infernal… un bodrio salido del infierno y no el de Dante, obviamente nos atacaban los “nativos” pero eso que yo veía no le encontraba forma: era una especie de torso con pies unido con otro torso con pies (este juego de pronto ya era Silent Hill, y todo lo que estábamos jugando era una maldita pesadilla).

 

¿Qué más da? Me aventé a la carga, de una patada de mula salí volando, al levantarme aturdido me di cuenta que eran legión, y ya tenía a un gordo amorfo gelatinoso dándome un pisotón en la cara, de pronto la trifulca se volvió guerra campal, y fue cuando me di cuenta que la mitad de cosas que estaban afuera de la base (crafteadas por los de mi equipo) eran en realidad trampas, muchos de los nativos caían en ellas, pero la cosa amorfa embistió la empalizada y el muro de rocas, con un cambo de imbecibilidad (cuando se ponen bien idiotas) destruyo de un movimiento espiral el muro y comenzaron a colarse en la base.

 

“Ya valió” pensé.

 

Pero como película de acción de esas cuando el protagonista esta absorto y apendejado viendo la acción mientras los demás hacen lo suyo, de pronto nuestra facción los diezmo, yo seguía petrificado pensando que sería de mi alma cuando me comiera y me cagara uno de esos amorfos (hay cosas de la naturaleza que son inalterables: primero te comen y después te cagan… ¡eso si no cambia!) Jona y Vahn ya estaban apilando más cuerpos para que me prosiguiera mi labor… no sin antes pedirme que destazara al gordo amorfo, a la gritona, y al señor piernas sexys. Pude percatarme que me daban una pieza de inventario ¿para qué sirve?... Vahn me contesta seriamente: “póntela, es armadura” y procedí. Volteo a ver a mis compañeros y ya todos estábamos equipados con calaveras, huevos, miembros de cuerpos, pieles de animales, y “upgrade” de armadura de piel de humano… no no no… ya se imaginan como nos veíamos, es como cuando te dicen que el bikini es armadura en otros juegos de rol y solo volteas los ojos y dices “ajá”….

 

En Seven Days to Die ya nos hubieran violado, matado, comido, procesado y abonado el pastizal con nuestros restos… la verdad es que es cuando me di cuenta que este juego NO estaba tan difícil (¿o será que el haber asumido el rol de caníbal me había vuelto un poco insensible?) (y conste que no utilicé ese termino hasta el final de esta reseña)

 

CONCLUSIONES.

 

Solo hay algo que pude decir después de todo eso, y se lo dije a Vahn y Malefique. Sí hay una enseñanza importante de vida que nos deja este juego para este 2022 que comienza… “¿Qué es Paco?” me preguntaron ansiosos por escuchar mi respuesta.

 

“Venga Omicrón, déjate venir que ya estamos preparados para sobrevivir.”

 

A lo que obviamente se carcajearon de vuelta.

Feliz año nuevo 2022, que se cumplan todos sus deseos, objetivos… les deseo mucho éxito y que se completen muchos logros de Steam (porque de los otros… mmmhhhh) ja ja ja



(ya me invitan a jugar diciendo que vayamos a jugar "canibalitos")


Comentarios

Malefique demonoir dijo…
LOL me has hecho reir en serio hasta las lágrimas con tú reseña, que bueno que la pasaste bien. Espero lo sigamos jugando juntos.

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