Roma (2018, Alfonso Cuarón)



Ayer vi Roma con mi amigo Oscar Noriega, buscábamos que ver y a pesar de la tentación de ver Outrage Coda una película de yakuzas de Takeshi Kitano (tentador) nos acabamos decidiendo por Roma, supongo que en parte por la moda y para evitar que me la fueran a spoilerear por no verla en su fin de semana de estreno (así somos ¿qué le vamos a hacer?) Me sorprendió gratamente en varios niveles y aspectos, y creo que vale la pena hablar de ella además de estar “a tiempo” de hacerlo. 

Es curioso que inclusive la primer escena (de créditos) nos dio tema de plática; hace poco tiempo (un año o dos) platicando con Ángeles Toquero (la entonces directora de Altrafílmica; escuela donde estudié un diplomado de cinematografía hace algunos años) nos planteaba un proyecto que deseaba realizar, en el cual había que hacer una toma contra un charco de agua y el reflejo de un avión pasando, después dentro de las mismas ideas que nos planteaba había otra escena de una mujer trapeando mosaicos del piso en una casa vieja… imaginen mi cara cuando la primer escena de Romaes justamente todas estas ideas en una sola toma, además lograda de manera magistral (por más sencilla que parezca la descripción) no sé si Ángeles conocía del guion de Romadesde entonces, las paredes escuchen, o sean ideas cliché que todos los chilangos tienen para hacer una película, pero el haber yo mismo intentado plantear estas tomas (o muy similares), y verlas ser ejecutadas con tal nivel y pulcritud ¡por supuesto que me emocioné!, no sé si lo había dicho antes, pero para mí Cuarón y su película Solo con tu parejafueron las primeras películas que me hicieron desear ver más de las echas en México.

Sabía que la película era en blanco y negro, de hecho, a partir de mis estudios de cine comencé a ver nuevamente cine en blanco y negro con excelentes experiencias, sobre todo en tiempos de la remasterización y el 1080p alias “La Alta Definición”. He tenido el placer de ver La infancia de Iván(1962, Andrei Tarkovsky), Early Summer(1951, Yasujiro Ozu), Victimas del Pecado(1951, Emilio Fernández), Sunset Boulevard(1950, Billy Wilder), Persona(1966, Ingmar Bergman) y El Ciudadano Kane(1941, Orson Welles)… todas ellas películas en blanco y negro, todas ellas grandes películas… pero quiero decirles algo, ninguna como la experiencia con Roma.

Antes que me brinquen y me quieran quemar en la hoguera, quiero expresarles que imagino que haber visto estas obras maestras en el cine, debió haber sido una experiencia inolvidable, el cine en blanco y negro en 35mm y la experiencia de ver esa calidad de producciones, guiones y actuaciones en su momento es algo que jamás se repetirá. Durante años los críticos de cine y las nuevas generaciones debimos conformarnos con lo que la TV nos ofrecía, una calidad rebajada tanto en calidad de video como en audio, y su heredero el DVD tampoco les hizo justicia a estas obras maestras. Fue hasta la época del FullHD que se pudo disfrutar estos filmes en algo que se acercara a la calidad del original, ¡Imagínenlo, esperar más de 50 o 60 años para verlas “como Dios manda”, y ahora nosotros lo podemos hacer!

Insisto, ninguna de las anteriores como la experiencia con Roma.

¿Por qué diablos insisto en ello? Para mí, ver Roma el día de ayer fue un renacimiento del cine… del cine de época, del cine en blanco y negro, del cine hecho en México… y desde el sofá de la sala de una casa de mi amigo (bien podrías haber sido la mía, ahora nos tocó estar allí con él). Estamos haciendo historia, somos la primera generación en México con acceso a un estreno desde nuestra casa y en glorioso 4K bastardo. Seré un obsesivo con lo mismo, pero es la verdad, nunca habíamos visto cine en blanco y negro con ese nivel de calidad. Es el milagro de la tecnología, obedeciendo la obsesión del amor por el cine clásico en blanco y negro, y siendo distribuido a millones de espectadores del nuevo milenio a nivel mundial por Netflix ¡bendita tecnología!… no sé ustedes pero a mi me emocionó mucho, porque sé que todos esos clásicos de blanco y negro que les dije anteriormente podremos verlos en todo su esplendor, con toda su calidad, en nuestra casita (no algún día… HOY) pero me emociona más darme cuenta que esas películas clásicas NO DAN el nivel de resolución de esto que acabo de ver; 4K y con HDR es tecnología a la mano, es decir tecnología de HOY, ¡Esperen a ver lo que viene!, ¡Ya estoy listo para los nuevos clásicos!

La cinematografía de Roma es brutal, la cámara con la que “jugó” Cuarón fue una Alexa 65 de Arri (6.5K) la cual dio y de sobra para crear un master digital en 4K, para que nos demos una idea, se hizo un print para cines de 70mm a partir de este master. Los detalles, las texturas, el mix de audio, todo apuntala la obsesión por retratar un México turbulento de principios de los años setentas. Más de una vez paramos la película, impresionados por el detalle de la época: ver un Centro Médico (que ya no existe, pues se cayó en el temblor de 1985), un ciudad Nezahualcóyotl (que literalmente tradujeron como “slums”) lleno de charcos y caminos rurales, un cine Metropolitan en todo su esplendor y con película de estreno, una colonia Roma llena de vida… todo ello apenas sirve para que nuestra generación se imagine lo que fue vivir en la sociedad mexicana de los setentas, y dentro de todo esta vorágine, la historia de Cleo, una empleada doméstica en la cual se centra todo el relato.

“¿Sabías que es autobiográfica” – Me preguntó Oscar.
La mera verdad no… no lo sabía.

Me imagino la cara que hubiera puesto desde antes si me hubieran dicho que un director de cine mexicano quiso hacer una película basada en su chacha, la verdad es que vi Roma sin preguntar ni informarme más que de los anuncios que se ven por allí en todos lados, y creo que es por ello que no me hice de prejuicios, y la vi en estado de contemplación, que es como debiera verse todo el cine, sin esperar “que te den algo” sino simplemente “recibiendo”.

No les hablaré más, mejor vayan a verla… ¡a su sala!, les aseguro que si tienen una TV de 50” (o más), que sea 4K y que tenga HDR tienen para verla con “la calidad” de verla en el cine (o diría yo superior, ya que por desgracia muchos cines ni siquiera tienen proyectores 4k). Esta es sin lugar a duda la obra maestra de Cuarón, no porque sus trabajos anteriores no sean increíbles, sino porque siento que ahora sí el director nos está entregando lo que realmente era de él y quiere entregarnos. Algo similar de cuando en aquellos ayeres sacó Solo con tu pareja pero ahora siendo un director mucho más maduro y sin las preocupaciones de llenar una taquilla para pagar las deudas que adquirió para lograr su proyecto. ¡Esto es lo que tienen que hacer nuestros directores mexicanos hoy en día!, no tratar de hacer algo con gusto internacional, si hacen algo bien clavado, muy mexicano, muy local, acabará gustando en todos lados.

⭐⭐⭐⭐⭐
Cinco estrellas (si ¡leyeron bien! cinco… putos)
Vayan a verla.

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